Desde pequeña supiste que querías ser mamá.

Desde pequeña supiste que querías ser mamá. A los 4 años, lavaste tu primer plato y cuidabas de tu Nenuco con mucho afán. Tu esposo, sería un hombre de negocios responsable y bien parecido. Todos los días, te levantarías temprano para hacerle el desayuno a tu familia. Los despedirías con una sonrisa desde el portal de la casa, y regresarías a tus labores domésticas con la ilusión de hacer el mejor pie de manzana que tu esposo jamás había probado. Todas tus vecinas te envidiarían por tener la casa más bonita, con el marido más guapo y los hijos más estudiosos. Tu padre, siempre te dijo que lo importante era ser una buena mujer: dedicada, pulcra, inteligente [[[[lo necesario]]]], bonita, amable...
La priemera vez que preg
untaste por ese extraño ser llamado Madonna, todos hicieron cara de sorpresa y te dijeron que no exisitía. ¿Cómo una niña tan linda podría entender lo que era ser una "Material Girl"?
Desde tu primeros días de escuela, todos admiraban la perfección de tu peinado y el planchado de tu ropa.
Siempre te portab
as como un angelito y, tu sonrisa, era capaz de enamorar a la maestra más estricta.
Sí, serías la madre perfecta. Tus Barbies nunca tuvieron un pelo fuera de su lugar y, siempre, estaban bien separaditas de los Ken, porque: los niños y las niñas tienen que estar un po
co alejados...ya que son diferentes.
Todo esto, lo pensaste un día en la p
rimaria, después de la noticia de que tus papás se divorciarían. Viste llorar a tu madre y escuchaste gritar a tu padre.
Pero ellos habían fallad
o una empresa en la que tú triunfarías. No importaban las consecuencias:
FOTOGRAFÍA: LAURIE SIMMONS

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