La-B-Ri[n]tos

Voy transitando los laberintos de mi mente, encontrando otros que e vuelven a mí en pensamientos. La subversión es potencial. La conversión se eleva a acto.
Por supuesto, todos pueden entender, pero nunca entenderán mi búsqueda solitaria... porque justamente eso es.
El amanecer, se tiñe de rayos rojos: la sangre chorrea de la vulva del fondo de la tierra, al parirlo cada día.
Revienta la placenta de una idea. De mis ojos sale la fuente, entonces lloro. Así como el amanecer cotidiano, mi mente hace parto diario. Los hijos del pensamiento, son de efímera existencia: un coito con las percepciones, una putrefacción prematura.
El actor se prepara para la escena, y el más falso lloriqueo, arranca un aplauso rotundo de cada una de las butacas. El actor sufre la risa que estalla desde el interior de sus entrañas. ¿Cómo ante un empeño simulado, sufren de catarsis los pérfidos mendigos de emociones?
Se mira, él es uno de ellos, se sienta en el suelo... y se aplaude.

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