Estaban encerrados en aquel cuarto.

Estaban encerrados en aquel cuarto. El ambiente empezaba a tornarse cada vez más caliente. Con las caras enrojecidas, intentaron una vez más abrir la puerta. Tocaron con desesperación, azotaron su cuerpo sobre el metal y jalaron con fuerza hasta desgarrarse las uñas.
Todo era inútil. Algunos se pusieron a rezar, y los menos creyentes, maldecían constantemente su condición de prisioneros. No podían creer que aquello les estuviera sucediendo.
Después de un buen rato, una chica de cabello castaño, terminó quitándose la blusa y los pantalones. A pesar de que (aun en una situación tan extrema) dominaba el pudor, uno a uno se fueron despojando de sus ropas, que al poco tiempo se convirtieron en útiles trapos para secar su sudor.
Un niño comenzó a llorar. La madre le abrazaba intentándolo tranquilizar, pero el temor en sus ojos, le hacía parecer aun más pequeña que el niño al que consolaba.
Después de múltiples intentos por salir, todos se sentaron en el suelo. Un largo rato de silencio: miradas.
Un hombre cayó de bruces sobre las piernas de una joven que sollosaba.
Nadie tenía fuerzas para gritar o lamentarse, sólo quedaba esperar a que pasara... algo.
Poco a poco los prisioneros se iban recostando sobre la cálida piedra, que servía de soporte a sus cansados cuerpos cargados de memorias.
Los suspiros y los llantos se fueron callando, hasta que todo volvió a quedar en absoluto silencio.
El niño despertó de repente de un pesado sueño. El sudor le escurría a chorros y con los ojos irritados, apenas pudo levantarse. Observó el cuerpo inerte de la madre que yacía en el suelo como un globo hinchado. Caminó hacia la puerta esquivando manos, piernas y cabezas.
Al llegar ante la enorme puerta de metal, sintió mucho más calor que el que podía percibirse al fondo del cuarto. Se fue acercando más: el único miedo que podía existir en un momento como aquel era el senti miedo.
Cerró con fuerza los ojos y tocó el metal ardiente con sus pequeñas manos. La puerta comenzó a ceder. Empujó cada vez con más fuerza. Un terrible ardor subió desde sus dedos hasta los brazos.

[[[[[[[[...y la puerta se abrió.]]]]]]]]

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