Alguien me llama: dos horas al teléfono.

Alguien me llama: dos horas al teléfono. Una voz se lamenta por el tiempo perdido. La mente comienza a dar vueltas, a decir cosas imprescisas. ¿Quién soy yo para aconsejar a alguien?
No importa... sólo diré cosas atascadas de mierda.  Pero hay momentos en los que me importa, y entonces estallo, no quiero decir, no quiero pensar.
Me afano en mi lugar, en mi propio tiempo perdido. ¿Por qué sigues escuchándome? ¡Carajo! Sabes que sólo puedo herirte con lo que digo. Después de un rato, solamente cambiamos de tema, pero el sopor de tu pena sigue presente. Mejor te voy a colgar, te dejaré para que solo, azotes tu sensibilidad y tu sueño de niño [[[[que ha perdido su globo]]].
En silencio, renace la pregunta: ¿por qué no puedo sentirlo? Pero la respuesta me paraliza el pecho, mi cuerpo vuelve a tomar su temperatura normal [[[frío, muy frío]]], y la calma vuelve a mí con el estallido de una guerra interna. I have to move on...

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