En el país de las maravillas (acerca de MARVELS, Shelley y la naturaleza humana)



Todo lo que debes saber (lo más básico) sobre MARVELS: http://en.wikipedia.org/wiki/Marvels

En el principio, fue la llama. Y es el número cero de esta serie la que realiza el guiño definitivo al presentarnos el nacimiento de Human Torch. ¿Quién mejor que este personaje para ofrecernos una vista del nacimiento de las maravillas? El Moderno Prometeo de la forma más literal posible: un hombre creado en un laboratorio, una llama viviente.

La sorpresa (algo así como un cosquilleo intermitente en las entrañas) viene al dar cuenta de la relación entre este breve relato y la aparición del primer número de Marvel Comics en 1939 (apenas dos años después de la fundación de Detective Comics). Un doble discurso es lanzado al lector en espera de ser capturado: el nacimiento de las maravillas (MARVEL) y el nacimiento de las maravillas (el inicio de la era dorada del cómic). Mientras tanto, esta dupla hace un merecido homenaje a la obra de Shelley y nos incendia con una reflexión en torno al hombre como creador.

El fuego como símbolo de todas nuestras capacidades destructivas y constructivas es el elemento más poderoso del ser-hombre y la capacidad humana de rechazar lo diferente convierte nuestra historia en una tragedia. Es el fuego el que constituye nuestra más profunda naturaleza y es él mismo el único capaz de consumirnos en un instante. La maravilla del fuego es el terror de lo inmóvil, de lo eterno. ¿Y no fue la primera mitad del siglo XX una era de incendios? Un combate sin tregua entre los valores del pasado y la construcción de un "nuevo mundo" que tuvo sus primeras trincheras a finales del siglo XIX y que arrasó con todo en las décadas subsecuentes.

De esto se trata MARVELS. Del hombre y el miedo, del hombre y su grandeza en alto contraste con su vileza más profunda. Asimismo, es un viaje a través de la historia del cómic de la mano de un fotógrafo, un voyeur que recorre el mundo de las maravillas y reflexiona incesantemente acerca de la naturaleza humana.

Aquí, en el mundo fuera de la viñeta, el súper hombre es el hombre tecnológico. Aquel capaz de erigir mundos, de salvar vidas y al mismo tiempo, de acabarlas con un chasquido de dedos. Y a pesar de que en MARVELS vivimos a través de Phil Sheldon, somos también un poco de todos los personajes extraordinarios que se nos presentan (al menos en potencia).

Alex Ross, por su parte, nos ilustra la historia de tal modo que resulta imposible dudar que tenemos en nuestras manos el trabajo fotográfico de Sheldon, proveniente del libro de nombre MARVELS que publica en la historia y que genera una deliciosa espiral literaria digna de los grandes escritores de todos los tiempos.

El final pudo ser diferente (y no hay de qué precuparse, pues este post está libre se spoiler), pero en ese "pudo" la experiencia total de la lectura justifica cualquier final.

Este pequeño monstruo ilustrado de 4 volúmenes es, en resumen, un puzzle metalingüístico que deja ese incierto sabor de boca cuando se degusta un poco de verdad.

Y al final, fue la oscuridad.

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