Desgarradura




Una marcha de ideas sin rumbo,
esa mirada en la que asoma la duda,
la que dice que no somos nada
y quiere tirarme
desde mi cima hacia el abismo.

Conozco las orillas y no temo,
los abismos fueron los templos,
donde guardó silencio la fe.

Aún se escucha su rezo
(murmullo cantante)
tan profundo como las raíces
con las que se nutre el dolor.

Enseñé al niño y al joven
le prendí fuego a la inocencia
arranqué los sueños aún vivos,
los trituré a mordidas.

Tirar el vaso que tiembla en la orilla...

Conozco las bocas de esos abismos:
oscuras carcajadas.

Te escucho decir nada y me recuerdo...

¿Cómo puedes tirar al caído,
al que ha muerto tantas veces
al que le han surgido alas?

Tu sombra con garras me visita
araña el silencio de mi noche
hace temblar la ventana de mi sueño
y me digo "despierta..."

Podrías llevarme al principio de la duda,
donde todo se destruye y empieza de nuevo:
para ese lugar, tengo los mapas de todas las locuras.

La nada me preñó desde hace tiempo...

Conozco las orillas y no temo,
puedo tirar todos los vasos...
y no temo.

Una última broma después de entender que sólo hay eso:
Yo.

Señores, que comience el juego.

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