He aquí la 2da parte de la historia de Helene...

He aquí la 2da parte de la historia de Helene...

En diversas ocasiones Dionisias había buscado la profundidad de sí misma.
¿Para qué le servía escribir?
En realidad no lo sabía. No lo había hecho suyo. Las palabras desfilaban
una tras otra. Un poco de placer, un poco de dolor.
Cierto día se sintió herida por la indiferencia... ¡vaya mundo cruel!
Sus rosados sueños mojaron sus ojitos de cristal y las gotitas comenzaron
a resbalar por las chapeadas mejillas que decoraban su sonrisa infantil.
Ahora que lo recuerdo, era inevitable verla y desear 2 cosas:
1) Abrazarla y confortarla hasta que se sintiera mejor, decirle que todo
estaba bien, que el mundo no es tan terrible y que su bondad lograría
cambiarlo en un momento u otro.
2) Abrazarla y confortarla para mirarla a los ojos y decirle con cariño
que sus lágrimas eran tan absurdas como creer que las cosas podrían ser
de otro modo. Tomarla de la mano y llevarla al borde del precipicio...
invitarla a caer...
Por supuesto, la 2da respuesta era mucho más atractiva.
Miró de frente a su Némesis (o al menos ella quiso que él lo fuera).
Dos cafés expresso dobles... varias horas de charla y una extraña sensación.
-¿Quieres caminar?
-Está bien.
-¿A dónde quieres ir?
-No importa, veamos a dónde llegamos.

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