Desde los años del bachillerato, Nietzsche era un guía
filosófico para mí. Probablemente no podía entenderlo, tan solo creía entenderlo
(tal vez, aun es de ese modo).
Ahora, me doy cuenta hasta qué punto he reinventado a
Nietzsche en los años posteriores. Al menos he pasado por unas 20 vagas ideas de
lo que podría ser y, aunque los famosos académicos intenten explicarlo, me
percato de que, hasta cierto punto, todos ellos han hecho lo mismo que yo:
suponer.
Jamás intentaré explicar a Nietzsche. En la cátedra, tan sólo
expondré mis presupuestos y citaré algunos otros (el de Deleuze podría ser una
opción). Por supuesto, dichos presupuestos se transformarán en cada clase,
después de escuchar aquellos que resuenen en el aula por bocas aun desconocidas
de los que serán mis "alumnos".
Una de las cosas que más enriqueció mi visión de la filosofía
de Nietzsche, fue encontrarme con los aforismos de Georg Christoph Lichtenberg,
escritor y pensador que precedió al maestro Friedrich.
Es caso seguro que Nietzsche lo haya leído y, de alguna
manera, se haya influído de aquel lenguaje tan filoso y explosivo.
Si no fue así, al menos Lichtemberg es una buena entrada al
pensamiento nitzscheano. Al menos, cuando creí estar en el umbral, lo fue
para mí.
Uno de los aforismos que más llamó mi atención es el que
dice:
"Es indiscutible que la belleza masculina no ha sido
suficientemente dibujada por las únicas manos que pueden dibujarla, las
femeninas. Siempre me da gusto oír de una nueva poetisa. Si no imitaran los
poemas de los hombres, ¡lo que se podría descubrir ahí!"
Al revisar algunos escritos realizados por mujeres, me
percato de que es cierto. Son más los homosexuales los que han logrado apenas
barnizar sus escritos con el brillo femenino.
Esto fue importantante para la construcción de las
máscaras.
Akira sería justo el puente entre géneros. Un ser andrógino
capaz de manifestarse a partir del límite . Dos sexos que luchan con palabras
por ganarse su cuerpo (y alma) sin llogra ser, ninguno de ellos, el
vencedor.
Helene, se expresa con una feminidad violenta. Es una mujer
en el extremo de lo femenino, justo en punto límite antes de convertirse en
mounstruo. Helene nació primero y fue quien se lanzó para alcanzar lo opuesto de
lo que podría ser cualquier ser humano... desde lo femenino. Es la mujer que
niega la vida aun cuando es capaz de reproducirla. Y no sólo la niega, sino que
busca exterminarla a como dé lugar, de las formas más bellas y
"sensibles".
Se tienen 2 alternativas: a) hombre y b)mujer ... Akira
responde: "ninguna de las anteriores".
Lo interesante es que ambas máscaras terminan siendo un
experimento de la palabra femenina, un momento de aquello a lo que hace
referencia Lichtemberg.... no imitar la creación del hombre, dejar de competir
por género y explayar lo humano (simplemente lo humano) y, en el caso, lo
femenino desde lo femenino.
A.M.
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