Hay una marca de agua en su rostro.

Hay una marca de agua en su rostro. Borrosa irregularidad de color en el papel.
¿Quién reconocerá al ahora incógnito que habitó esta hoja?
Tiré una foto que hasta hace poco me parecía importante. Aún rota y muy lejos de aquel cuadernillo donde escribo los pasados instantáneos, no deja de ser importante.
Antes, era el retrato de una tarde húmeda y nublada. Yo "era" lo que creía ser, y él... ni siquiera podría asegurar si estuvo ahí. Me sonreía a través de su pálida máscara, simpre tan pálida y fría como su cuerpo de mármol.

Hoy, no es nada. Por eso es importante. El dolor se ha convertido en un virus capaz de mutar. Ya es posible transformarlo en una melancolía agridulce o en una peculiar sensación de vacío iluminador.
Nuevos agujeros negros se gestan en la cabeza para absorber los sabores añejos de la tristeza.
Y una canción de Motohiro Nakashima para ambientar el tránsito de mi pie derecho un paso más adelante: http://www.lorecordings.com/enter.html

Comentarios

Entradas populares