¿14 años ya? Este blog es un adolescente...

Hace 14 años di a luz este monstruo que ahora sería un adolescente. Con el fin de darle un nuevo diseño y retomar un poco de las andanzas escriturales pasadas, me di a la tarea de editar algunos posts. Sin embargo, me percaté que entre más se hunde uno en esta cueva, el lugar se vuelve inhabitable.

Así era mi existencia hace más de una década: un pozo sin fondo, una maraña de carne y hueso que deambulaba por la red y tecleaba cualquier cosa sórdida que cruzaba por su mente. Yo era inhabitable. Algunos posts incluso tienen mensajes secretos, palabras que sólo se pueden leer si presionas el cursor sobre la página, momentos que deseaba compartir con curiosos y ociosos y que permanecen ahí en espera de ser encontrados. Hay algunas cosas simplemente ilegibles y otras "menos peores". Lo que me queda claro es que, al menos en mi mente, en todo este tiempo el mundo no ha dejado de ser una mierda.

Al inicio del siglo XXI los "bloggers" éramos unos cuantos egocéntricos que escribíamos para nadie. Uno abría su página y se ponía a escribir sobre cualquier cosa, algunos colegas ya comenzaban a dar línea a sus contenidos, pero antes de las redes sociales éste era el modo más práctico de poner tu shit en línea. Quizzes, imágenes, letras de canciones, posts con dedicatorias anónimas... todo lo que hoy hace la gente en Facebook pero sin esperar que los otros te leyeran. Así se cumplía el círculo perfecto de la vanidad: escribo para mi y para mis voyeurs, lectores sin identidad, fisgones de cerradura que normalmente, éramos el mismo puñado de locos que esperábamos (no) ser descubiertos detrás de la cortina.

Como en todo lo que se cuenta en pretérito, aquello albergaba un cierto romanticismo y hoy siento una leve nostalgia por el desenfado con el que podía vomitar líneas, con el que podía desfogar aquel odio y desesperación. Eran otros tiempos, era otro internet. Nadie se molestaba o lo tomaba personal, era un individuo frente a su página y nada más. Pero la nostalgia se queda en eso pues, como dije, el mundo era y sigue siendo un gran aparato de simulación dirigido por monos empoderados.

Bailen monos, bailen. ¿Alguien recuerda ese clip? Deberían.

Porque su mental health prediseñada para hacerlos más pendejos con cada postura de yoga, es tan real como las vacunas que causan autismo. Porque es bueno mentir si la intención es buena y es malo decir la verdad si ésta incomoda. Porque somos monos bailando, nadie quiere decirlo y estamos a medio céntimo de auto-prohibirnos decirlo.

Después de 14 años, esto sigue siendo una mierda y lo único que me mantuvo cuerda, lo único que realmente me sirvió para calmar el ansia durante todo este tiempo, fue el poder escribirlo. 

Así pues, bailen monitos (y vean el clip):







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