La guerra de las palabras I



La sombra nos aguarda tras las bambalinas del "decir"en espera de ser nombrada. Y cuando decimos "palabra", ésta nos sale al encuentro con la espada en la mano. Su brillo es tal que primero ataca con el reflejo, vemos en ella todos nuestros rostros y en el mejor de los casos, damos un paso atrás. Después agita el arma para alcanzar la carne confundida y atraviesa con un solo golpe las entrañas. Una y otra vez, palabra tras palabra, el cuerpo se nos vuelve herida. Desprendidos de nuestros rostros, de la corporeidad hablante, nos convertimos en palabra. Entonces, alguien nos nombra.

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