Un día de junio

La mano me tiembla y entiendo que esa es la señal de que necesito escribir, no importa, lo que sea:

Antes de la invención de la fotografía ¿cómo recordaba la gente? Ahora vienen a nuestra mente imágenes, momentos congelados de tiempos remotos, pero ¿cómo era antes? Sólo puedo pensar en una fotografía del mundo sin ella. Imaginarla apenas.

En cuanto al tiempo, mi hoy no tiene sentido. La experiencia del transcurrir se vuelve imperceptible. Permanecemos en la fugacidad, observándonos desde la Tierra... pero somos estrellas. Hemos muerto y aún seguimos en la contemplación de nuestra lejana existencia.

La extrañeza me embriaga esta noche.

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