Paradise Now

Después de un interminable semestre repleto de circunstancias complejas e inesperadas, llega el periodo de vacaciones. Este año, a diferencia de otros, la UNAM ha reducido el número de días sagrados para el reposo y la dispersión (un albur para los que, ante la promesa del "tiempo libre", sacamos todos los libros que no pudimos leer debido a las múltiples obligaciones que nos aquejan). A lo mucho, tenemos 1 mes para refrescar la mente.

El 13 de agosto, los pasillos de la Facultad nos aguardan para que los llenemos con presencias eufóricas por emular la actividad de los andenes del metro en horas pico.

-¿Por qué no hacemos un viaje de "mochilazo"?

Mi madre me pide una investigación profunda de algunas zonas turísticas que podríamos visitar. Después de revisar la maravillosa opción del "BusPass", supongo que sería buena idea realizar un "tour" por Michoacán.

A falta de trenes, TicketBus ofrece un servicio similar al del EuroPass. 14 días de uso ilimitado de autobús por el sureste del país, a un módico precio de $3000. Nada mal. Sin embargo, el hecho de tener la credencial de estudiante y/o maestro tiene mayores ventajas.

-No vayan a Michoacán. La cosa anda ruda por allá.

Cierto. Pero lo mismo se dijo de Oaxaca cuando las cosas estaban "rudas"por allá. ¿Estaban?...

Oaxaca, Michoacán, Gerrero... ¡el Distrito Federal! cualquiera que esté un poquito informado de la situación en el país, dudaría siquiera en salir de su casa. El problema es que los conflictos sociales están a la orden del día y casi en todas partes.

Es terrible el impacto que ha tenido el sector turístico en los estados, responde al fomento de un terrorismo psicológico propinado por lo medios de comunicación. Peor aún, si consideramos que muchos de esos lugares tienen en el turismo una base esencial para su economía. ¿Por qué no ir a Michoacán?

El estado de paranoia en el que permanecemos nos convierte en supervivientes. Un paso antes del vivir mismo. Y aunque doy la razón a mi padre cuando dice que la precaución es inteligente (sería poco inteligente al negarlo), el rasgo paranoico inherente al mexicano citadino me parece una condición por superar.

Michoacán o no Michoacán... no es un dilema necesario. La precuación y la seguridad personal deben ser implícitas en el actuar diario, donde quiera que se se encuentre el individuo. Si nos ponemos rigurosos, nadie debería pararse hoy por hoy en Londres, Nueva York, Madrid... ¡El mundo es un campo minado! ¡Todos corran a su trinchera, que el fin del mundo está cerca!

P.D. Nos vemos en Playa Azul.