La Verdad

la duración de los días era el único sentido para marchar...
(cuando la vida se resume en abrir los ojos, permanecer y tirar el cuerpo)
la rutina del una y otra vez, el empedrado que llevaba al mismo lugar...
el mundo se suicidó, resucitó, volvió a crecer, aprendió a andar...
en su cápsula vital, sólo pudo ver el mismo árbol frente a su casa
todas las mañanas anteriores a su muerte...
para su mala fortuna, él jamás resucitó, ni volvió a crecer, ni todo lo demás...

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