El juego




El Juego
Aki Sunshin

Recuerdo jugar al poeta. Era un juego sin reglas, con la palabra en la mano, en el pie, entre las cejas. Un juego sin fuera de lugar, siempre adentro, en la entraña. Recuerdo decir las cosas callando, a gritos mudos y luego alejarme y ver cómo se derrumbaba alguna torre con su princesa. Pintarme la boca con tantos adjetivos que era imposible verme los labios. Hablar del eso y del aquello, del beso y de lo aquello. Una rima tras otra, como saltando la cuerda. Recuerdo que tuve y dejé ir tantas veces que se volvió costumbre.

Recuerdo jugar al poeta para tener más voces y morir más veces. Porque cuando se juega, se tiene tiene que arriesgar todo. Y perdí.

Lo recuerdo como si fuese ayer, y ayer, lo recuerdo.

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